TREATY SHOPPING: EL ABUSO DE LA FORMA Y DEL DERECHO A LA LUZ DE LOS TRATADOS QUE EVITAN LA DOBLE TRIBUTACIÓN

Resumo

El proceso de la planificación fiscal no puede ser tratado con extrema libertad, donde la frontera sea el imaginario. En un ambiente formalizado por reglas instituidas la creatividad debe tener límites de obediencia civil y fiscal, bajo el manto de la ética aplicada, bajo pena de que se así no si portar llevará inseguridad y grandes perjuicios a la sociedad. En el ámbito de los tratados fiscales internacionales, la voluntad efectiva debe tener especial relevancia, sometiendo la voluntad declarada a un según plan de importancia. Los Estados deben si portar de forma vigilante, pero sin bloquear las acciones positivas en la dirección de eliminarse incidencias tributarias simultáneas que limitan negocios y restringen el crecimiento económico. El flujo de capitales debe ser libre, pero éste no puede corromper los principios, la ética y las leyes. El fenómeno Treaty Shopping debe ser combatido por la aplicación regular del Derecho, sostenido en los principios de la ética y de la moralidad fiscal. Esto significa decir que una ética fiscal debe ser regulada entre los Estados, en la medida que impidan que agentes económicos o personas, que desean la ganancia a todo costo, puedan en ellos se instalar de forma legal. En este sentido, la OCDE y otros organismos de control internacional deben intensificar la creación de procesos que cohíban prácticas oportunistas en el campo de las relaciones fiscales, orientando los Estados a combatir los desvíos en el uso del Derecho que leyes y tratados otorgan a cada agente económico o persona, primando este combate en el ataque a lo que sea más precioso para este grupo de oportunistas, su propio patrimonio.